Esta vez no me van a creer. Lo sé. Lo que vengo a contarles, si es que no lo han leído antes en un medio más serio que éste que nos ocupa, parece propio de un gilipollas que, en este caso y sin que sirva de precedente, no es un insulto sino un simple adjetivo calificativo, sinónimo de idiota, imbécil o tonto del culo, por decir solamente tres. Pero ha sucedido y, para más recochineo, en la Universidad de Granada. Les cuento.
Como lo de ponerles faldas a los muñequitos de los semáforos se ha quedado antiguo y les debe haber parecido poca imbecilidad, a algunos próceres de la igualdad se les siguen ocurriendo disparates que, a diferencia de lo que sería normal en países medianamente serios, es decir, que acabasen en la papelera y sus perpetradores en la calle, llegan incluso a ponerse en práctica y, por tanto, a costarle dinero a usted, pobre españolito de a pie que asiste impertérrito a este circo ambulante. Esta vez la broma ha visto la luz en Granada y el responsable no es un cualquiera, qué va, es un médico que ejerce de profesor en la Universidad y que ostenta el curioso cargo de director del Área Feminista y de la Unidad de Igualdad que alguien ha tenido a bien crear en dicho centro. Se llama Miguel Lorente Acosta (a costa del contribuyente, se entiende).
Este genio ha creado, propuesto y promocionado "La Calendaria". No, no me he equivocado, no quería decir Candelaria, ni calandria, ni siquiera se trata de alguna pariente del célebre Luis Candelas, no. Es el femenino de "calendario", simplemente eso. Y con su nuevo invento, "la calendaria", pretende subsanar una injusticia secular, abyecta y machista que se inició el día que se decidió que todos los meses fuesen masculinos y ninguno femenino, mire usted qué pena. Como no podía ser de otra manera dado el calado intelectual del pollo, este alma de cántaro ocupó un alto cargo en el Gobierno ¿adivinan de quién? ¡Premio! En el de la triste figura, en el del bobo de ZP. En concreto, el reparador de conciencias, el justiciero de las letras, fue "delegado de Igualdad" a las órdenes directas de ¿adivinan otra vez? ¡De nuevo han acertado! De la sin par Bibiana Aido, la de las miembras, si no recuerdo mal. De tal palo tal astilla.
Reconozco que es para descojonarse y no parar. Seguro que incluso los que siguen sin creerme ya se han marcado una sonrisa fugaz al menos. Este buen mozo ha conseguido editar con fondos públicos, en pos de la solidaridad con las mujeres -por favor, amigas que lean esto, aporten luz, me confieso a oscuras-, una calendaria para 2017 en la que los meses son: enera, febrera, marza, abrila, maya (la abejita), junia, julia (no sé si Otero u otra), agosta (pariente de Ortega Cano) septiembra, octubra, noviembra y diciembra. Insisto, no se trata de una coña. Existe, y no sólo eso sino que, desde tan fértil paraninfo, se justifica con rimbombantes frases del estilo "mirar la realidad de otra forma es verla en igualdad y en paz. Mirarla cada día es hacerla verdad". Muy profunda la chorrada, eso sí. Este Lorente (o Lorenta) trata de justificar el despilfarro de dinero público llamando machista al calendario, pobre inocente. Y Miguel (o Miguela) pretende con esta gilipollez "dar respuesta a la desigualdad que vive en nuestra sociedad y a la violencia de género que ocasiona". Así, sin omeprazol ni nada.
Me imagino que entonces estamos en la aña de dosmildiecisieta, en vez de meses serán mesas y los días y semanas mantendrán sus "a" aunque día, al ser masculino, igual pasa a ser "dío", ya no sé ni lo que escribo. Esto es pues, a lo que dedican su tiempo funcionarios de la Universidad de Granada. Les adjunto imágenes por si todavía alguno no lo cree o piensa que se me ha ido la olla del todo. Es cierto, esto está ocurriendo, cerca de usted, con su dinero, no es un expediente X, puede encontrarlo en internet y descargárselo si le place, al iluminado le paga usted su sueldo y se lo lleva pagando desde que empezó a reirse de nosotros allá por el infausto 2004.
Si uno solo de los españoles es capaz de justificar esto, si admitimos aunque solo sea porque nos hace gracia que gente de esta calaña se parta la caja mientras hace idem, si seguimos pasando de todo y de todos porque total, qué más da, si no se lo lleva él se lo llevará otro, si seguimos sin mover un dedo mientras nos atropellan es que somos definitivamente un país idiotizado. Es decir que, usted, y usted, y usted y yo, nos hemos vuelto gilipollas del todo. O igual es que la lumbrera es Miguela Lorenta y nosotros llevamos ya un tiempo rebozados en la idiocia. Qué sé yo. ¡Mariano, tráeme el Trankimazin!