lunes, 15 de enero de 2018

¿Hasta dónde, amigas, hasta dónde?

La nueva Carmen se defiende. Bizet no puede hacerlo
Lo han vuelto a hacer. Las hordas ultrafeministas y antihombres, cuyo objetivo final es acabar con la especie humana sin enterarse siquiera (si eliminan al macho de la ecuación, mal vamos), han atravesado otra frontera que parecía inviolable, si es que se puede todavía utilizar esta palabra, claro. Supongo que estarán al tanto por los periódicos del crimen perpetrado en Florencia contra la maravillosa ópera Carmen, música de Georges Bizet sobre una historia de Prosper Mérimée, espléndida muestra de talento decimonónico arrasada, destrozada y vilipendiada por un zopenco supino, un cenutrio asilvestrado, por un retrasado mental italiano que, sin encomendarse a Dios ni al diablo, ha decidido él solito cambiar el final de la tragedia porque era "machista" y perpetrar uno alternativo en el que es Carmen quien le pega un tiro al policía don José y no quien recibe la artera cuchillada. Así, como suena. No me he puesto a investigar cómo ha hilado el sesudo artista el nuevo desenlace, ni pienso hacerlo. Qué sé yo, si Carmen moría por causa de los celos, igual José pierde la vida porque se inyectaba caballo o porque la cigarrera se convierte en boxeadora profesional y lo tira por el balcón del mandoble que le atiza, todo es posible en este mundo sin cabeza.

 Con unos pequeños cambios, Diana y sus ninfas a hostias con los sátiros
Pero la cosa no queda ahí, para desgracia de la humanidad. El Comité de Garantías Feministas de Estrasburgo está revisando, una por una, todas las obras de arte susceptibles de contener trazas, por pequeñas que sean, de mensajes no ya machistas, sino meramente neutrales para, a la mayor brevedad posible, ir cambiando o "adaptando" las mismas al curso actual de los acontecimientos. Se habla de, para ir abriendo boca -es un decir-, añadir importantes penes a todas las señoras que Rubens pintó desnudas, insinuar que Ana Karenina no se tira al tren sino que lo hace descarrilar porque en su interior va el causante de su desgracia e incluso de que en la canción de David Bowie "Space oddity" el jefe de misión ya no sea el mayor Tom sino la comandanta Kate, valerosa astronauta lesbiana pionera en exhibir la bandera con los colores del arcoiris que pretende plantar en la Luna como colofón a su arriesgado viaje. 
  

Y no crean que España va a quedar al margen de todo lo que se avecina. Para empezar, ya se ha dado orden a Loquillo, lo que queda de Siniestro Total y a Coque Malla para que vayan cambiando las letras de sus canciones "La mataré", "Más vale ser punkie que maricón de playa" y "Sí, sí" (ya saben, la de "tendría que besarte, desnudarte, pegarte y luego violarte hasta que digas sí...") con carácter de urgencia. Eso sí, a Eva Amaral no se le dice nada, faltaría más, a pesar de que en "Como hablar" canta textualmente "a veces te mataría y otras en cambio te quiero comer", ya que aunque es una clara apología tanto del asesinato pasional como de la antropofagia descarnada, se entiende que se refiere a un hombre, estando exenta por lo tanto de lapidación pública y torturas al amanecer, como sí merecen los bardos anteriores. Del reggaeton nada dicen, a fin y al cabo no es un producto nacional, no sé si me entienden. Se prohibe también con carácter inmediato cualquier obra de teatro tipo revista en la que las señoras enseñen prieto muslamen y en las primeras filas de espectadores de los programas televisivos se sentarán bellos efebos en tanga acompañados de amas dominantes que podrán fustigar, si así lo desean, sus bien formados cuerpos.

A partir del 1 de julio, playa exclusiva para mujeres. Y al  mirón, multazo
Pero el furor anti macho man español también ha llegado hasta nuestra tranquila tierra llanisca. A partir de la próxima temporada veraniega, está ya confirmado que habrá playas exclusivas para mujeres. Se cree que ya está bien de mirones y que las turgentes curvas e incluso los descuidados efectos de la celulitis deben estar a resguardo de los maliciosos ojos varones. El Sablón, Toró, Poo, Borizo y Toranda serán playas a las que solamente puedan acudir féminas. En la capital llanisca pues, los hombres y niños mayores de 12 años deberán hacinarse en Puertu Chicu u optar por ir al monte, que también es muy sano. La profesora de origen bielorruso Olga Zanaylova asegura que también se verán afectadas las populares procesiones tan abundantes en el concejo durante el estío. Como primer paso hacia la igualdad, propone que este próximo periodo festivo las mozas lleven el palo de porruanu, con el que irán marcando el ritmo dando vigorosos golpes contra el suelo mientras que los mozos serán los encargados de tocar la pandereta y estarán obligados a saberse todos los cantares de forma íntegra. En caso contrario, podrán ser expulsados del cortejo si así lo deciden las comisarias nombradas a tal efecto por el Comité de Garantías Feministas europeo.
Principal actividad del nuevo varón que viene
A partir del año próximo las medidas igualatorias se irán ampliando y, como dice la delegada para España de dicho organismo,  Esther Colero, "el objetivo es que en pocos años las mujeres realicen todas las acciones que se suponían reservadas para los miembros del sexo masculino, convirtiendo en residual e irrelevante el papel que estos desempeñen en nuestra cada vez más plural e igualitaria sociedad moderna". Con dos cojones. Uy, perdón, quiero decir ovarios, naturalmente. 

martes, 9 de enero de 2018

Propósitos

No parece que el muchacho sude en demasía...
Por estas fechas es habitual contemplar cómo la gente de la calle, contagiada por la reciente e inexplicable euforia de haber celebrado ser un año más viejo, se dedica con profusión a lanzar promesas de cambio, propósitos de enmienda y nuevas aspiraciones a cada cual más ridícula y con menos probabilidades de ser conseguida. Desconozco cuál es el motivo, qué impulsa a estas almas cándidas a comprometerse en público a llevar a cabo tareas poco menos que imposibles de cumplir pero se pasan estos días asegurándome que se van a apuntar a un gimnasio - sí, a los 50, a buenas horas-, que van a dejar de fumar -hasta que no se lleven un buen susto, nada de nada- o que este año tienen, sí que sí, que plantar un árbol, escribir un libro o, en su caso, tener un hijo y no sé cuántas pirulas mentales más. Yo, como ya hago deporte regularmente sin machacarme como un memo en una cinta sin fin, hace 16 años que dejé el vicio poco menos que amenazado por un médico diabólico, he plantado varios árboles al disponer hace tiempo de jardín, no he escrito un libro pero sí textos que darían para más de uno y ya he probado la infinita dulzura de ser padre, llevado por esta ola imparable he decidido hacer públicos mis propósitos. Con un par.     

Parece distraído pero es un lince. Según se mire
En primer lugar, hacerme delincuente. Sí, como suena. No sé si entrar de nuevo en política pero esta vez para dedicarme a trincar, desfalcar y prevaricar, si declarar unilateralmente la independencia del Cuetu -no crean que es tan difícil, no vean cómo se usa el corta y pega en estos ambientes, se sorprenderían, o tal vez no- o darle dos hostias a alguno que lleve una bandera republicana. Es que me he dado cuenta que es de bobos cumplir las leyes. A todos los niveles, además. Aquí te llevas la pasta y con un par de añitos en una cárcel que parece el Hilton has cumplido. Por supuesto, sin devolver un céntimo de lo sisado, faltaría más. O declaras la independencia de lo que te salga de ahí mismo y luego te descojonas desde Bélgica mientras un coro de amiguetes piden a voces la libertad de los pocos cómplices que están en chirona. No sólo no has delinquido gravemente sino que encima eres un mártir, un preso político. Como Marcelino Camacho o Nicolás Redondo durante el franquismo. Y eso sin que nadie se sonroje lo más mínimo. Y si hablamos de violencia y de odio por razón de ideología, ya sabemos que puedes dejar en silla de ruedas a un policía o asesinar vilmente a un tipo porque lleva cierta vestimenta que algunos descerebrados saldrán a la calle a llamarte luchador antifascista o defensor de la libertad. Por otra parte, también estoy pensando en salir de parranda nocturna y vomitarle la puerta al alcalde, u orinar y hasta defecar si me apetece en mitad de la calle. Total, no me va a pasar nada, los muchachos tenemos que divertirnos, como me dijo una vez cierta concejala de infausto recuerdo. En fin, que mi primer propósito es delinquir, sólo tengo que decidirme por alguna de las múltiples opciones que me ofrece esta estupenda sociedad en la que vivo.

Bárcenas nos indica el camino


Muy apropiadas para el día de Reyes

Lo segundo que me gustaría es ser gay, lesbiano, bisexual o una cosa de esas. Yo transexual no, porque si implica que me la corten como que no me apetece. Y que me borren el cerito tampoco me seduce mucho a priori. Pero si quieren me disfrazo de drag queen y salgo por ahí medio en pelotas, aunque haya niños pequeños, eso da igual, y hasta puedo ir a las procesiones de Semana Santa vestido de lagarterana. Mis derechos serán respetadísimos, mucho más que siendo un vulgar heterosexual carca y trasnochado y, de paso, puedo ofender a los cristianos en favor del hermano musulmán, que se lleva mucho y lo jalea que no veas la tropa de Iglesias. Y todo gratis total, sin consecuencias para mi libertad personal. Incluso puede que haga alguna amistad con perforados y tatuados múltiples. Sería la leche.

Y fácilmente transportables. Se les ata una cuerda al arete y ¡listo!
Me propongo también participar en un reality. Como soy muy mal hablado y me encanta discutir, ya tengo algo ganado. He de practicar lo de parecer una acémila, cambiarme el peinado hasta provocar la carcajada en el espectador y llevar los pantalones como si me hubiera cagado encima. No debo caer en el error de reconocer que sé quién fue Borges o que cuando era pequeño veía "La Clave" y "Todo está en los libros", porque si no me expulsarán a la primera. Pero poniendo cara de burro y haciéndole la pelota a algún saltimbanqui de Tele 5 puede que haga carrera. Y si no, al menos me haré famoso, que es lo más de lo más.

Modelo de ecuanimidad, ejemplo de periodismo independiente
Como me muevo en ambientes periodísticos deportivos, voy a intentar que me enchufen en El Chiringuito o algún programa similar. Yo por desgracia tengo un tono de voz elevado y soy capaz de gritar más que Pepe Pótamo, así que por ese lado no tendré problema. En cuanto a certificar que no tengo ni la menor idea de fútbol pero que soy un gran tertuliano todavía estoy pensando cómo lo voy a hacer, pero creo que si un tipo como Roncero ha llegado a consejero espiritual de un club del tamaño del de Concha Espina, yo puedo al menos erigirme en estandarte del Muchamiel, simpático club alicantino cuyo nombre me encanta. Es que soy muy goloso. 

Por último, tengo un quinto propósito. Este es menos profundo, más superficial y un poco más etéreo, podríamos decir. Me gustaría, en lugar de ponerme a hacer chorradas que al final se quedan a medio cumplir, conseguir que al finalizar 2018 mi mujer y mi hija pudieran decir que han pasado otro buen año en mi compañía. Y ya de paso, que el resto de mi familia y mis amigos más cercanos, los de verdad, constataran que puse mi granito de arena para que las cosas les salieran un pelín mejor. Es una memez, lo sé, pero qué quieren, uno no siempre esgrime una cara esculpida en granito. A veces, sólo a veces y durante pequeños lapsos de tiempo, gusta ser el protagonista de la sonrisa ajena. Es lo que más le llena a uno. Será ese payaso que todos llevamos dentro. -Algunos más que otros, si me lo permiten-. 

P.D. Teléfono de aludidos en el 1004 y luego preguntan por la señorita a la que no se le entiende nada. Ella les atenderá, si es que la soportan. (Me atrevo a sugerirlo como propósito de máxima dificultad).