No sé si me van a tomar a coña, pero en las recientes elecciones al Parlamento de Islandia, esa isla cercana al círculo polar ártico cuya selección futbolera causó sensación en la última Eurocopa, ha quedado en tercera posición y en condiciones de aliarse con otros para formar gobierno el Partido Pirata. Como lo leen. Una vez recuperado del impacto emocional recibido y como todo mortal que se precie, empecé a bucear en internet para enterarme de más cosas sobre esta peculiar formación. Resulta que no es un fenómeno local circunscrito a ese país nórdico, sino que se trata de una corriente que se extiende incluso hasta Alemania, que también tiene un partido con ese nombre y cuya supuesta ideología es afín a los hackers, es decir, a los piratas informáticos, que consideran que toda la información que existe en la red ha de ser pública y accesible sin limitaciones de ninguna clase. Por supuesto, son también fieles defensores de los "derechos civiles", de la "democracia directa", de la "participación ciudadana" y de la "transparencia". ¿Les suena? Únicamente les falta definirse como los adalides de "la otra política" y tirar con bala a "la casta" y ya sabrían de quiénes hablo.
Pero no. Resulta que en España hace años que ya existe un Partido Pirata. Su presidenta es Amparo Peiró y su secretario general es Manuel Barbero pero, aunque apoya todo lo anteriormente enumerado, parece que aquí se centra más en los temas digitales, en la defensa de las libertades en el mundo de Internet y en el fomento del libre acceso a toda la información existente en la red. Así les va. El que yo creía auténtico representante de esa corriente en España, el partido de Iglesias, en realidad no lo es. Pero sí es cierto que la estética de Pablo, discutible como mínimo, se ajusta bastante a lo que describió el gran Sabina en "La del pirata cojo", a saber: con pata de palo, con parche en el ojo, con cara de malo, el viejo truhán... Sí, ya sé que no usa pata de palo ni parche en el ojo, pero seguro que se lo imaginan sin mucho esfuerzo. ¿Me equivoco? Venga, un pequeño esfuerzo... Y desde luego que es un truhán con cara de malo. Sustituyan los adminículos que menciona el maestro de Úbeda por un apéndice capilar grasiento y una figura algo cargada de espaldas y ya tenemos a uno que da más miedo que Garfio y Jack Sparrow juntos.
Una vez metido en el papel, el capitán Iglesias no es amigo de andarse con rodeos. Es "simpatizante" de los etarras, de los separatistas, de Maduro y de los ayatollahs, de toda la banda completa. Y no va solo. En su siniestro barco le acompañan como tripulantes distinguidos la sin par Rita Maestre "la tetas", el oscuro Ramón Espinar "el taimado especulador", el sórdido Bódalo "el salvaje" o Carolina Bescansa, "lactosa woman". Está como loco por subirse Snchz "el viruelas", pero todavía no está nada claro su fichaje. Y de contramaestre, Íñigo Errejón, "babyface", uno de los más peligrosos.
Como les digo, aunque son nuestros piratas de la política, los que dan más miedo y los más malos que surcan los mares de nuestro país, no son los auténticos. Llegan tarde. En Islandia ya son decisivos para formar gobierno los de verdad. Y si les enseño al líder del que podría pasar por el Podemos islandés, igual se caen de la silla. Mete más miedo que los piratas. Lidera una cosa llamada "Futuro Brillante" y es algo así como un rapero siniestro con pinta de vagabundo. Se parece a Forrest Gump cuando decide ponerse a correr tres años sin parar, así, sin más. ¿Recuerdan? Vean y comparen.
Qué mundo éste. Uno de los países más avanzados de Europa puede acabar dirigido por una alianza de piratas y raperos. Y en uno de los que más historia tiene, en el que más riqueza y diversidad cultural hay, el el que han dejado su profunda huella todas las culturas desde la romana hasta la árabe pasando por la judía, estamos preocupados por si la irrupción de unos miserables que sólo buscan la destrucción llega a concretarse como opción real para dirigir los destinos de España. Casi que prefiero los piratas de Islandia. Perdón por la tristeza.
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