miércoles, 2 de noviembre de 2016

El iluminado

"Persona que, sin atender a razonamientos, cree estar en posesión de la verdad absoluta". Esta es la definición que da el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española acerca de lo que es un iluminado. Alguien que no escucha a nadie por más consejos que intenten ofrecerle por la sencilla razón que se cree Dios. Infalible, inmaculado, inmarcesible, listísimo en definitiva.  Eso se lleva creyendo que es Pedro Snchz desde que lo eligieron secretario general del PSOE. En lugar de conducir un partido, poseído por el espíritu de algún salvapatrias de tercera, fascinado por orates como Calígula, Napoleón, Hitler o Stalin, se lanzó a una deriva pseudopopulista aderezada con un absurdo coqueteo con las cloacas separatistas que, ya lo han visto, ha llevado a esa formación a despeñarse por el abismo y, agarrada como está a una frágil rama que amenaza con partirse, aún ha de soportar los delirios del iluminado que, para mayor desgracia del socialismo respetable, ha decidido exhibir sus vergüenzas sin pudor por las televisiones adictas a los descamisados.   

Cuando el causante de todo esto, el ínfimo ZP, hizo mutis por el foro tras los azotes de Obama, todos pensamos que sería imposible superar el conjunto de memeces y disparates que el de la ceja había perpetrado en España y en el PSOE. Olvidamos el sabio refranero del que disfrutamos y, concretamente, no caímos en la cuenta que hay uno que dice que "otro vendrá que bueno me hará". Por desgracia para todos, no sólo para los que profesan la fe socialista sino para todos los españoles de bien, así ha ocurrido. Y no es que Snchz haya hecho bueno a ZP. Es que le ha hecho maravilloso, ha conseguido que hasta se le añore. Ha logrado, como la protagonista de la película de Bayona, lo imposible.

Y la verdad es que, observando la conducta del dirigente desnortado tras su renuncia al escaño en el Congreso, todo va quedando mucho más claro. Las razones de la imparable deriva hacia posiciones radicales, el coqueteo descarado con los independentistas, el odio visceral a quien defiende el orden constitucional, todas ellas aparecen mucho más claras después de escuchar a este individuo en su charla con Évole. No tuvo ningún reparo en mostrar su cercanía a las tácticas podemitas, rechazó llamar populismo a lo de Iglesias e incluso alabó el "impulso renovador" de los morados del que dijo que el PSOE carece. Más claro, se echó en brazos del coletudo sin pudor alguno. También afirmó que Cataluña y el País Vasco son naciones, así, a pelo, sin protección ni nada, con lo cual queda claro el porqué de sus acercamientos y entendimientos con las formaciones independentistas y que no eran mentiras de la prensa ni de gente interesada lo que se decía de su tendencia a pactar con todos ellos. Y para remate, para horror de todo militante socialista sensato y rechifla del resto de personas que así llamarse puedan, éste paria político, éste auténtico iluminado sin luces en la sesera anuncia su disposición a competir por volver a ser secretario general del partido. Casi nada al aparato, oigan.


Uno puede presumir, si alguien se toma la molestia de releer sus numerosos escritos sobre el personaje, de que le tenía calado casi desde el principio. Este tío se descubrió el día del debate cara a cara con Rajoy en diciembre cuando, fuera de sí, empezó a insultar gravemente al candidato popular como si fuera un rufián -con minúscula- cualquiera y adoptó una línea dura, rayana con la violencia, que ha mantenido e incluso incrementado a lo largo del presente año. Es más, me atrevo a hacer una predicción que probablemente tenga más éxito que las de la pobre Aramís Fuster: en realidad este tipo simpatiza con Podemos, eso está más claro que el agua y, como no será capaz de podemizar el PSOE como era su pretensión, en el  momento que se dé cuenta de que sus días como socialista camuflado han terminado, pasará a engrosar las filas de los de Pablo Iglesias. Quién sabe si esta bomba de relojería con patas será capaz de triturar también a los antisistema. Ya me gustaría, ya, pero a tanto ya no me atrevo. Eso lo dejo para la Fuster.
 

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