miércoles, 11 de mayo de 2016

La indefinición de la izquierda

Conocida es en nuestro país la proverbial falta de empaque de los diversos mensajes políticos. La carencia de formación de muchos de los que intervienen en este enriquecedor mundillo y sus pocos escrúpulos para engañar a la población consiguen que los mantras que transmiten sean simples en extremo, vacíos de contenido y, en su mayor parte, más falsos que una moneda de tres euros.

Lo que se está dando en llamar "nueva política", que no es más que lo de siempre pintado con nuevos colores naranja y morado, no deja de ser un espectacular fraude para el español medianamente formado, sin complejos de inferioridad y falto de rencor y odio hacia la derecha liberal. La prueba, sin ir más lejos, la acaban de ofrecer los de Podemos. El nuevo partido, el adalid de la limpieza -política, que no corporal- y de la honradez se alía, con el único fin de alcanzar más diputados, con el Partido Comunista. Sí, con las cenizas de Carrillo, con los restos de Anguita, con los balbuceos de Lara. Con lo más viejo que existe en el hemiciclo y en el mundo mundial. Y no vayan a creer que los de Izquierda Unida están exentos de corrupción, no. Echen un vistazo a las hemerotecas. Pero da lo mismo. Como juntos suman más que separados, pelillos a la mar, olvidémonos de estrecheces y vamos de la mano a la creación, ahora sí, del Frente Popular. Porque, aunque antiguos, los de IU siempre han abrazado el populismo y la demagogia extrema. Recuerden a Llamazares tras los discursos del Rey por Navidad. "No se preocupa por los problemas reales de la clase obrera y trabajadora, como el paro, los deshaucios o los accidentes laborales...", bla, bla, bla. 

Y tanto unos como otros, tan rápidos para sacar sus arsenales cuando Estados Unidos emprende cualquier operación en Oriente Medio o España envía soldados en misiones de paz a zonas conflictivas, se callan la boca y se tragan su bilis, acojonados hasta los tuétanos, cuando en Irán, Afganistán y demás estados islamistas humillan a la mujer hasta extremos que jamás se verán aquí con una mascota o un animal de granja. El otro día, mientras volvía en coche desde Madrid, escuché en la radio cómo narraban la entrega de unos premios en Toledo, que resultan estar patrocinados por la familia real de Arabia Saudí. Una de las afortunadas, en realidad la única mujer que lo fue, era musulmana. Fue obligada a recoger el galardón vestida con una especie de burka, -me parece que se llama niqab- que sólo dejaba ver sus ojos tras unas gruesas gafas. Allí estaba presente el presidente castellano-manchego, García Page, socialista. No dijo ni mu y mucho menos abandonó la sala en señal de protesta. Pero es que ningún miembro -o miembra- de IU o Podemos ha dicho esta boca es mía.

Lo cierto es que nunca, jamás, en la vida escucharán ustedes crítica alguna de esta gente al islamismo feroz por enterrar a las mujeres bajo kilómetros de telas, por lapidarlas si cualquiera las acusa de adulterio, aunque no esté probado, de cortarles las manos si tocan lo que no deben o de someterse a la ablación del clítoris porque lo dice el mulá o el imán de turno. Ni Podemos, ni Izquierda Unida, ni el PSOE, ni la mierda esa de la CUP catalana que dice que es mejor criar a los niños "en la tribu", como si fuéramos apaches, que en la familia, ninguno de ellos, nadie de la izquierda española ha tenido los santos cojones de criticar como se merece a quien practica a diario el salvajismo con la mujer musulmana o de cualquier otra confesión que ha tenido la desgracia de nacer en ese submundo. Algunos hasta colaboran con alguna televisión oficial de un país líder en la humillación de la mujer sin sonrojarse al cobrar los suculentos cheques. Como sale gratis, aquí se ciscan en los cristianos, profanan capillas e insultan al Papa. Allí aceptan los preceptos del Corán sin rechistar aunque ello implique castrar física, moral e intelectualmente a las mujeres. Este es el compromiso y la lucha por los derechos humanos y de la mujer que ofrece la izquierda española. Ninguno. Mucha indefinición o, para entendernos, una infame cobardía.          

2 comentarios:

  1. "la CUP catalana que dice que es mejor criar a los niños "en la tribu", como si fuéramos apaches" jajajajjaajaj

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  2. Es cierto, lo ha dicho hoy la del pelo a tazón!!!

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