lunes, 17 de octubre de 2016

Elenita o las cuitas de un descerebrado

Tras echar un vistazo a la prensa diaria, labor que realizo con la ayuda de los medios digitales desde hace tiempo, dos noticias me llamaron hoy la atención. No tienen entre sí nada que ver, pues una de ellas avisa de un fallecimiento y la otra informa de las últimas idioteces de un descerebrado. Lo único que tienen en común, amén de haber llamado mi atención, es que son noticias lamentables, que uno no hubiera querido recibir.

Ha muerto Elena Santonja. A muchos de ustedes quizás no les diga nada este nombre pero, si peinan alguna cana y les digo que presentó en Televisión Española el programa culinario "Con las manos en la masa" seguro que un poco les va sonando. Personalmente su óbito me ha traído recuerdos melancólicos de mi también desaparecido padre, porque de niños y adolescentes fueron vecinos en Hermosilla 5, en Madrid. Me vinieron a la memoria los instantes en que papá se sentaba en el sofá de la sala de estar y, al comprobar que Elena estaba cocinando cualquier menú en compañía de alguna persona célebre -en aquella época estos eran actores, escritores o músicos, no los infrahumanos que hoy fardan de famosos-, exclamaba: "Hombre, pero si es Elenita Santonja, mi vecina de escalera".  Luego nos explicaba que también tenía una hermana, Carmen, que cantaba muy bien, y yo le decía que formaba parte de un dúo llamado Vainica Doble y que, precisamente, junto a Joaquín Sabina, eran quienes cantaban la sintonía del programa, aquello de "siempre que vuelves a casa, me pillas en la cocina, embadurnada de harina, con las manos en la masa...". Hoy Elenita se ha muerto con 84 años y se ha llevado otro trocito de ayer y, de paso, he vuelto a echar mucho de menos a mi padre, que debería haber cumplido los 86 pero no lo hizo. 


Después, en otra sección del periódico que debe denominarse "Gilipolleces varias", en francés simplemente "Boutades", me he encontrado con que el insigne actorzuelo que hace años que no hace nada más que soltar imbecilidades y ofender a las personas de bien que quedan en España, el ahora llamado Willy Toledo, antes Guillermo, ha dicho que los dos guardias civiles agredidos brutalmente en Alsasua junto a sus parejas son unos borrachos y unos prepotentes y además provocaron su agresión. Estoy casi seguro que este payaso estaba presente en el local donde sucedieron los hechos. No se explicaría si no esa seguridad al insultar a los agentes ni tanta precisión al definir el estado en que se encontraban ambos. A no ser que, como debe sufrir a menudo esos problemas de intoxicación etílica a los que alude y parece mostrar una fuerte adicción a otro tipo de sustancias, simplemente no sepa lo que dice, que es lo más probable. Sólo pregunto, ¿es la primera vez que este tipo ofende gravemente a miembros de las fuerzas del orden público? Si no es así y es conocido que se trata de su deporte favorito, ¿cómo es que hasta ahora se ha ido de rositas? ¿Es esto libertad de expresión? ¿O es faltar al respeto a gente perseguida, humillada, agredida y asesinada? ¿Existe la Justicia? 


Termino deseando el descanso eterno a la buena de Elenita, audaz precursora de un género televisivo que hoy ha hecho millonarios a algunos cocineros, y una larga vida plena de tristeza, amargura y odio, ese que destila a diario en sus ofensivos comentarios, al tonto del culo de la barba y, de paso, a ver si suena la flauta y el gorila de Caracas le encarga un trabajo de ensalzamiento al comandante y se exilia definitivamente a aquellas benditas tierras. Lo siento por ellos.         


No hay comentarios:

Publicar un comentario