La moda de lo políticamente correcto impone que, por más disparatada que pueda ser una sentencia judicial o incomprensible la actuación de un fiscal, el político de turno tiene que salir diciendo que, aunque no comparte el fallo -nunca mejor dicho- "acata y respeta la decisión". Como yo no soy político y mucho menos correcto, expreso aquí, en este modesto y minúsculo foro en el que al menos disfruto de mi derecho al pataleo, que no comparto la decisión del Fiscal de recomendar no imputar a la anterior alcaldesa de Llanes por el asunto Kaype, eso desde luego, pero tampoco la acato ni la respeto. Pues faltaría más.
Alguien dijo que el respeto se inspira, no se impone. Porque uno haya aprobado las oposiciones a juez o fiscal -a saber de qué manera o con qué conocimientos- no adquiere el don de la infalibilidad. El hecho de que un ser humano se dedique a impartir justicia -no siempre- no implica que no pueda equivocarse. Por tanto, no tengo porqué respetar una recomendación como ésta del mismo fiscal que en su día sí observó indicios de delito en la actuación de la diputada regional en el caso Kaype. Antes sí, ahora no. Será el viento, que ha cambiado de dirección. O no, porque el propio fiscal, en su exposición de motivos para liberar de responsabilidad a esta señora, admite que es muy posible que mintiera en su declaración, que existía una especie de conocimiento entre el personal del Ayuntamiento de la necesidad de conceder la famosa licencia como fuese, e incluso habla de lo inapropiado que resulta en todo este embrollo que la familia de la exalcaldesa tenga negocios comunes con alguno de los promotores de la obra. Es decir que, como mínimo y siendo generoso, es incongruente. Y eso no me inspira ningún respeto.
Por último y dada mi ínfima condición de españolito de a pie sin la menor relevancia a la hora de la toma de decisiones, no puedo hacer nada de lo que me apetecería hacer después de leer lo que este fiscal dice en su informe. Pero acatarlo en el sentido literal de la palabra, que es aceptar la decisión con sumisión, de eso nada. No debo, nadie en Llanes debería callarse ante un atropello de este calibre. Todo el mundo conoce el talante de esta señora, cómo funcionaba el Ayuntamiento no durante su mandato, sino desde que el socialismo se introdujo hasta sus tuétanos, el miedo, la sumisión absoluta, las preferencias, las diferencias de trato. No voy a descubrir ahora los métodos, las maneras, la altanería y la prepotencia exhibidos. No hay un alma en Llanes que no sepa lo que allí ocurría, lo que era posible y lo que no. Ya, ya sé que un fiscal no juzga posibilidades sino hechos, pero el hecho es que hay no una, sino dos licencias otorgadas de manera, como mínimo, irregular. Y que al pie de los documentos figura la firma de un concejal experto en urbanismo. Y que ese concejal dependía de su jefa, una jefa que los tenía bien puestos si tenía que decir que no. Y no lo dijo. Y que esas autorizaciones equivocadas le pueden costar a Llanes y a los llaniscos más de 15 millones de euros. Y eso es muy grave, gravísimo.
Si un responsable de área, pongamos un director financiero, firma un préstamo en unas condiciones draconianas en la empresa privada, llega el jefe y le exige eso, responsabilidades. Y si el jefe no hace nada, habrá un presidente, un Consejo de Administración o una autoridad competente que les ponga a los dos en la calle y les lleve a los tribunales si se observa delito. Aquí hay una propuesta del fiscal para que se vayan de rositas los que puede que hayan hundido las finanzas municipales para décadas. Es como para creer en la justicia. Y esto no parará hasta que los políticos estén obligados por la ley a asumir responsabilidades patrimoniales en casos como éste. Luego nos extrañamos de que exista tanta gente animando a desobedecer, a saltarse las normas. Con fiscales como éste, dan ganas, desde luego. Esperemos a ver cómo se comporta el señor juez, que con la moda que ha adoptado la individua de pasear su palmito por el Sablón, corremos un grave riesgo para nuestra salud si tenemos encima que verla pavoneándose en vivo y en directo. En cualquier caso y si ello es posible, feliz verano.