jueves, 29 de junio de 2017

Más vale tarde

En los tiempos que corren, plenos de radicalismos pendencieros, totalitarismos camuflados y secesionismos infames, se agradece de vez en cuando recibir una noticia positiva que de nuevo revitalice las creencias básicas del ser humano, en su especie, en la bondad, en la capacidad de perdonar, qué sé yo, en que no somos máquinas sin sentimientos ni animales predadores, sino que seguimos siendo capaces de convivir a pesar de que pensemos diferente.  

Las mentes pensantes del nuevo PSOE -es un decir-
Hace poco, la que ahora es máximo referente de la política asturiana, acólita del rencoroso y falaz Snchz y su acompañante "de foto" en todo momento, -cosa que lleva haciendo con probado éxito desde su adolescencia y práctica en la que es una auténtica experta desde los tiempos del ínclito Areces-, la sin par Adriana Lastra, soltó por esa boquita dos lindezas impresentables que han quedado, hasta la fecha, como sus mayores contribuciones al  nuevo PSOE, líbrenos el Señor de semejante despropósito. Esta política profesional, militante desde la cuna y experta en cobrar jugosas cantidades del erario público, no tuvo otra ocurrencia que poner a Bolivia, ese potente país andino, como ejemplo de lo que estos chicos han dado en llamar "Estado plurinacional", "Nación de naciones" o "Estados libres asociados a otro Estado", en ese afán contrarreloj de nominar algo que no tiene nombre, de intentar dar cabida a lo que no la tiene en nuestra Constitución, de contentar y obtener votos, claro, en la autonomía catalana donde, entre baile y baile de Iceta, han perdido hasta la camisa. Añadió la actual vicesecretaria general -insisto, madre de mi vida, que esta señorita sea número 2 de los socialistas, si no lo veo no lo creo-, que ella "como asturiana, anhelo nacional no tengo". Es decir, hablando en plata y para que nos vayamos enterando, que España se la refanfinfla, que al país que nos dejaron nuestros antepasados, con más de 500 años de historia, por ella le pueden dar mucho por ahí mismo, que lo que importan son las naciones de la nación, pero no la Nación. ¿Lo entienden? Pues eso.  

El alcalde arropa a las víctimas. Que cunda el ejemplo
Pero volvamos al principio. Frente a vergonzantes ejemplos de sátrapas indecentes, que los sufrimos a diario, como los que nos ofrece la número 2 de marras, en segundo plano, con letras más pequeñas y sin bombo ni platillos, existen hechos novedosos protagonizados por políticos sensatos como el ocurrido recientemente en Rentería, población guipuzcoana conocida por la amplia representación que el separatismo abertzale siempre ha tenido, donde bajo el mando de un alcalde de Bildu, en un Ayuntamiento con mayoría secesionista y sin concejales del Partido Popular, han sido capaces, por vez primera, de rendir un homenaje sentido, sincero y decente a las víctimas de ETA, sí, han leído bien, sin subterfugios ni segundas lecturas, sólo a los tres ciudadanos del pueblo asesinados en los años del terror por la banda criminal. Vicente Gajate, policía municipal muerto en 1984 por ser militante del PSOE y los concejales del PP José Luis Caso y Manuel Zamarreño, asesinados en 1997 y 1998 respectivamente, han sido homenajeados por Julen Mendoza, alcalde que ya está en la historia, y su Corporación al completo, sin medias tintas ni zarandajas, incluso pidiendo perdón por el dolor que el silencio cómplice de sus conmilitones haya podido causar durante los años de la ignominia a las familias de los mártires.       

    


Es más, para que nadie olvide estos macabros y luctuosos sucesos, se ha colocado una placa en la Casa Consistorial y se les han entregado sendos ramos de flores a las familias ante la atronadora ovación de un salón de plenos abarrotado de vecinos. Parece mentira que en 2017, treinta años después de los hechos, un regidor con dos cojones y un corazón humano por fin ha sido capaz de acabar con la ambigüedad y la doble vara de medir tan conocidas en el País Vasco y ha intentado cerrar heridas, sofocar la impotencia y calmar el dolor de quienes tanto han sufrido ante la iniquidad y el mirar para otro lado de la mayoría de la sociedad de aquella comunidad. Para este que escribe, esta es sin duda la noticia de lo que va de año y, si me apuran, de década. Sólo nos queda esperar que otros tomen nota de que más vale tarde que nunca e imiten la audaz iniciativa de Mendoza y su equipo, abandonen el miedo, el odio y el silencio cómplice y se lancen a restañar los daños, que han sido copiosos y profundos. Será la única manera de iniciar una verdadera y duradera democracia en esos lares, ejemplo del que también deberían tomar buena nota por tierras catalanas y comprender, de una maldita vez, que el odio, el terror, el apartheid y la violencia no conducen sino al infierno, a lo más profundo de un abismo donde sólo se encuentran penas, dolor y sufrimiento, y no sólo para las víctimas, ojo, sino también para los verdugos. 

Como las vacaciones están a la puerta y Will Kane no regresará hasta bien entrado septiembre, aprovecho para recomendarles encarecidamente la lectura de la novela "Patria", de Fernando Aramburu, guipuzcoano de San Sebastián que les ilustrará a la perfección sobre la época más tenebrosa del País Vasco y, de paso, despertará en muchos de ustedes ese sentimiento, a veces aletargado, de piedad, aflicción y comprensión hacia las víctimas que en el mundo han sido y son de regímenes terroristas, separatistas y dogmáticos hasta la náusea, algunas de ellas, aunque parezca mentira, domiciliadas en nuestro propio y querido país. Recuerden que vacaciones y lectura son pareja de hecho. Que las disfruten.   

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