miércoles, 2 de diciembre de 2015

La vida sigue igual

Uno pensaba, ingenuamente, que tras el cambio de Gobierno en Llanes y el paso del PSOE a la oposición, muchas cosas cambiarían en el día a día político del concejo. Craso error. No sólo siguen comportándose igual que a lo largo de los duros 28 años de dictadura, sino que no existe una sola señal de entonar el mea culpa, de iniciar una época de menos arrogancia o de mostrar un mínimo de humildad y solidaridad con el nuevo equipo de Gobierno. 

No me parece ni bien ni mal lo que hasta ahora ha hecho el cuatripartito, más bien me parece que no han hecho nada, relevante al menos. Pero sí que han llevado mociones y propuestas a los Plenos y, como siempre, se han encontrado con el voto negativo de los hoy concejales de la oposición aunque, en el fondo, estuvieran de acuerdo con el contenido general del asunto. Una de mis mayores frustraciones durante mi etapa política fue sufrir el rechazo sistemático, a veces acompañado incluso con parlamentos lamentables y humillantes de la por entonces lideresa socialista, de cualquier iniciativa que se nos hubiera ocurrido. Daba igual presentar una moción contra la contaminación lumínica, en defensa de Oviedo como capital cultural o para declarar a Llanes el lugar más bonito del mundo, pongo por caso. Siempre encontraban una excusa, un renglón con el que discrepaban, una palabra disonante, lo que fuera con tal de votar NO a cualquier iniciativa de los demás partidos políticos. En mis siete años de actividad política, nunca, jamás votaron a favor de propuesta o moción alguna presentada por grupos que no fueran el suyo.

Y siguen igual. Recientemente han votado que no al nuevo estatuto que permitirá a Posada y Nueva elegir democráticamente a sus alcaldes de barrio. Tampoco han aprobado otra moción que rechazaba la violencia de género por discrepancias -habituales- con una parte del texto. Excusas y más excusas. Se trata de no colaborar, de hacer más grande la brecha entre los dos Llanes, de separar, de desunir. Está en su ADN. Y mientras sigan dirigidos por mandarines autoritarios, arrogantes y cuyo fin principal es tratar al adversario político como a un excremento, nada cambiará. 

Como no cambian las actuaciones de fiscales y jueces en esta región nuestra tan machacada y donde la credibilidad de la Justicia es, simplemente, inexistente. A su alrededor siguen sucediendo misterios impenetrables, como esas veces en que un fiscal imputa a algún politiquillo y luego pide el archivo del caso. ¿Alguien entiende algo? Es cierto que en el Gobierno de Asturias tiene mayoría el PSOE, y eso se nota. Se sigue notando. Eso sí, a otros menos poderosos, más paisanos aunque no por ello menos delincuentes, se les mantiene la espada de Damocles sobre sus cuellos, mientras los verdaderos culpables del desaguisado que se ha cometido con la democracia durante las últimas décadas se van de rositas. Para nuestra desgracia, como decía Iglesias, -Julio, por supuesto-, la vida sigue igual.   

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