domingo, 14 de febrero de 2016

¿Ceguera o estulticia?

Este fin de semana, ojeando prensa y diversas páginas digitales, encontré una encuesta realizada a primeros de febrero por una empresa llamada Simple Lógica, tan buena o creíble como cualquier otra, supongo, cuyos resultados no vienen sino a confirmar mi pensamiento acerca de la lamentable reacción del PP ante el masivo escándalo de corrupción acaecido en Valencia y, sobre todo, al monumental e incomprensible blindaje que la lideresa, Rita Barberá, está recibiendo desde la dirección del partido.

Si el Partido Popular obtuvo en las elecciones del 20 de diciembre un porcentaje de votos del 28,72%, resulta que para esta empresa demoscópica el mismo había subido en enero hasta el 30%. Sin duda la amenaza del fantasma comunista hizo que la gente se lo pensara dos veces y regresara parte del voto a las filas de la gaviota. La tendencia, según nos informan en esta compañía, era a seguir subiendo lentamente en intención de voto. Pero ¡zas!, pasa lo de Valencia, Mariano y sus secuaces hacen de Don Tancredo, arropan hasta la asfixia a la antigua alcaldesa que, no lo olvidemos, tiene pringado hasta el último concejal y a la cúpula de la estructura del partido en aquella Comunidad y en febrero, esas intenciones de los españoles de votar al PP caen hasta el 26,9%, es decir, más de tres puntos en un mes. De record, Mariano, de record. Y las expectativas que se manejan para el futuro son todas a la baja. Fantásticos los reflejos de esta gente. De aquí al sumidero queda un paso, chicos, seguid así.

Y todo esto ocurre, según nos cuentan, en un escenario donde el PSOE también desciende -no podía ser de otra manera, ante el coqueteo nauseabundo de Snchz con los populistas bolivarianos- e incluso los podemitas pierden unas décimas. El beneficiado es Ciudadanos, que no sólo recoge los tres puntos que pierde el PP sino que sube hasta un 4,2% respecto a enero y cinco puntos exactos si nos retrotraemos hasta el 20 de diciembre. La pregunta entonces, es diáfana. ¿Es que Mariano y cía., vista su inutilidad para formar Gobierno, se han propuesto potenciar, esta vez sí, a la formación de Albert Rivera y convertirle en candidato factible? Porque no hay otra explicación para este desastre, este dislate, este contrasentido consentido. Ya no es que nadie del PP tenga la menor idea de comunicarse con los ciudadanos, que es grave de narices. Es que además da la sensación de que ya da todo igual, de perdidos al río, ya que nos damos el batacazo que sea de campeonato, con Rita de la mano nos despeñamos todos por el precipicio.

En fin, ya pedí la dimisión del presidente inane hace unas semanas y no me hizo caso el muy ladino. Parece que sus servicios de inteligencia -perdonen que me monde- le aconsejan, como siempre, no hacer nada, no mover ficha y esperar a que escampe. Pero en esta ocasión no es una tormenta, ni un vendaval lo que amenaza, es nada menos que el huracán Rita, que no va a dejar ni los cimientos del partido si sigue al frente este ejército de invidentes políticos. En esta ocasión la ciclogénesis explosiva adivinen dónde les va a explosionar. En todo el hocico, por necios. Luego saldrá la otra con aquello de "menuda hostia que nos hemos dao". Pues claro, alma de cántaro. ¿Qué esperabas?

P.D. A ver si aprendemos de Aguirre. Dice un amigo mío que ya no queda ni esperanza. Desde luego, si otros no siguen el ejemplo, ninguna. De aquí a la desaparición. 
  

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