martes, 26 de enero de 2016

No escarmientan

Estos chicos del PP son de lo que no hay. Más tercos que un ejército de mulas, son de los de sostenella y no enmendalla, de esos que tropiezan con la misma piedra no una vez sino ciento y, si hace falta, se van ellos solos contra ella, dispuestos a descalabrarse con tal de permanecer. Y el primero, Rajoy. Siempre inmóvil, siempre hiératico, tanto que parece que está pasmado, sigue sin darse cuenta del principal motivo por el que millones de españoles le han retirado su confianza.

Don erre que erre y sus acólitos tenían ahora, con el escándalo -uno más- de corrupción desatado en Valencia, donde está implicado hasta el apuntador, una oportunidad de oro para mostrar al pueblo cómo el partido se desmarca de esa panda de gañanes, ladrones y golfos, saliendo en incendiaria rueda de prensa a ponerlos a parir, a bajar de un burro, al pie de los caballos, a mandarlos al foso de los leones si hace falta, a convertirlos en perfectos chivos expiatorios de todo lo que el personal ha tenido que soportar durante la anterior legislatura. Pues nasti de plasti. Como siempre, los "presuntos" golfantes quedan "suspendidos de militancia hasta que sean encontrados culpables". Y asunto resuelto.


Pero vamos a ver, Mariano. Si desde la época de Camps en la Comunidad Valenciana se han llevado hasta los retretes, si se han comido hasta los platos, si se han bebido hasta el agua de los floreros, si han robado más que los Dalton y los James juntos, si cada vez que se trataba de adjudicar un contrato público allí todo el mundo se frotaba las manos y no de frío precisamente, si cada vez que se hacía una obra trincaba hasta el primo segundo del ayudante del secretario, si cada vez que se negociaba algo en cualquier organismo público la gente se ponía más nerviosa que Benzema en un semáforo, ante la apetitosa perspectiva de trincar pasta gansa. Pero qué me estás contando, Mariano, con la "suspensión de militancia". Y tú sin abrir el pico, alma de cántaro. ¿Para qué quieres tanto asesor? ¿Es que no hay ni uno que se dé cuenta de que ya está bien de hacer como el avestruz? ¿Que ya es hora de agarrar al toro por los cuernos y entonar el mea culpa?

Yo, de verdad, es que me desespero. Qué banda. Ahora que las encuestas les daban diez o doce diputados más en caso de nuevas elecciones, los van a perder de golpe y alguno más por el camino, y aquí no reacciona ni el Tato ni el Teto, uno fato y el otro paleto. Y ya verán como mañana sale algún portavoz, -desde luego que el "líder" no-, y nos dice que "la corrupción es intolerable y el PP será inflexible y bla, bla, bla". Palabras huecas. Y la gente, que no es tan tonta como ellos creen, oídos sordos. Y más votos por el desagüe, más auge del populismo demagógico que estará encantado con todo este embrollo y más descrédito. Es que no escarmientan. Y mientras tanto, ellos "contemplando cómo se pasa la vida, cómo se llega la muerte, tan callando. Cuán presto se va el placer, cómo, después de acordado, da dolor. Cómo, a nuestro parecer, cualquier tiempo pasado fue mejor". Qué razón tenía don Jorge Manrique.     

No hay comentarios:

Publicar un comentario