Durante mis años en política, primero en el Partido Popular del ínclito Ovidio Sánchez y después bajo la égida del acrónimo FAC, siempre tuve como compañero de andanzas a Juan Carlos Armas, actualmente feliz edil liberado del Ayuntamiento de Llanes y durante varias legislaturas sufrido currante en la acogotada oposición. Como es lógico, a lo largo de esos años de convivencia entablamos numerosas conversaciones sobre los temas más diversos, con especial relevancia de los relacionados con nuestro querido Llanes y con la tan machacada playa del Sablón. Pero recuerdo un asunto estrella que, desde que salió a la palestra, fue durante muchos meses motivo de diálogo entre nosotros: la extraña y "sospechosa" concesión a una empresa del contrato de suministro de agua al concejo por la friolera de ¡25 años!, más de seis legislaturas. Algo de locos.
Desde que se supo aquello, ambos pensábamos que en la operación había uno o varios gatos encerrados, que semejante compromiso con una compañía no era normal y que allí había mucho más de lo que se nos decía. Él intentó, desde su diminuto despacho en el ático del Consistorio, investigar aquella extraña adjudicación solicitando la más variada documentación por los diferentes departamentos municipales pero, como solía suceder siempre bajo el yugo socialista, la tarea se convirtió en algo imposible ante las trabas y los retrasos que se iban acumulando en la recepción de los papeles requeridos, hasta que desistió.
Con el tiempo, fíjense ustedes, nos hemos ido enterando vía jueces que, en efecto, allí hubo más que palabras. Hace un tiempo, en que fuera vicealcalde de Llanes, José Balmori, se vio obligado a dimitir de su bien pagado cargo en el Gobierno regional por las sospechas de haber recibido prebendas de la empresa de marras. Hoy nos desayunamos con informaciones que apuntan a que la durante once años alcaldesa pudo ejercer su poder de manera alegremente distorsionada con el fin de favorecer a un familiar y que su concejala de Obras pudo haber viajado a diferentes destinos gracias a oscuras maniobras de la compañía de aguas en cuestión. La información no parece desencaminada, pues proviene de escuchas telefónicas realizadas por el servicio de Vigilancia Aduanera, presente en lo que se ha dado en llamar Caso Pokémon, así que oscuras nubes se ciernen sobre el futuro de estas personas y de otras de diferente signo político, como el "abrelatas", orondo político del PP relacionado también con Llanes -vaya por Dios- que, mientras se dedicaba a poner como un trapo desde su despacho gabiniano a los que por entonces creíamos en que un cambio en el partido era posible, se comportaba de manera bochornosa en toda esta trama, como un virrey de opereta dispuesto a engordar no sólo su cuerpo sino también su cuenta corriente y, de paso, la de otros.
El tipo este del que hablo atiende al nombre de Joaquín Fernández y, curiosamente, coincidí durante el verano de 2012, concretamente alrededor de mediados de agosto, en el hotel Algarve Casino de Portimao, establecimiento con categoría de cinco estrellas donde se encontraba el fulano en cuestión acompañado de otro varón en aquellos días, información que pongo a disposición de cualquiera que esté interesado en ella por si aquella estancia también forma parte de la lista de atenciones que esta gentuza recibía.
Volviendo a nuestros ejemplares exmandatarios llaniscos, a la gran dama del socialismo de por aquí parece que le crecen los enanos y, si esto sigue así, hasta la barba puede que le asome porque, si la cosa no cambia, va a tener que comparecer ante el juez como "querellada-investigada" por el caso de la retirada de multas a los colegas, que es lo mismo que "imputada" pero todavía más claro para los legos en la materia. Y, si no me equivoco, el código ético de su formación obliga a dimitir de los cargos públicos si esta situación se produce. He leído que la susodicha ha convocado rueda de prensa mañana en Llanes. Puede que anuncie su renuncia, pero dada la altanería mayúscula del personaje, no descarten nada.
Y por si el panorama no pintara bastante negro, le queda pendiente el asunto de la subvención al maltratador para eludir el ingreso en prisión, tema gravísimo despachado con el habitual "los técnicos y sus informes eran los que decidían la idoneidad o no de la concesión". Bufff, chicos, yo creo que no cuela. Y si cuela, aquí hay ya demasiados frentes abiertos, hay que ver lo que es no tener ya el poder absoluto ¿verdad? Que con tanto nubarrón ha empezado a llover y vosotros sin paraguas. Qué lástima.
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